Montse Bradford en su libro "El peso natural" nos habla de dos grupos de alimentos que, en la medida de lo posible, es necesario eliminar para mantenerse sanos.
Los alimentos en yin extremo conducen a un aumento del peso corporal relacionado con la grasa superficial y la retención de líquidos.
Dentro de este grupo nos encontramos con:
Alimentos altos en calorías como pueden ser el alcohol, bebidas gaseosas ricas en azúcar, chocolate, pastelería, bollería, helados, miel, sirope de Arce, azúcar, fructosa, mermeladas con azúcar...
Alimentos que enfrían y apagan el fuego digestivo. Su ingesta produce hinchazón, expansión abdominal y, al debilitar la función renal, retención de líquidos. En este grupo encontramos exceso de frutas tropicales o locales, verduras solanaceas, helados, bebidas o comidas frías tanto en naturaleza como en temperatura, leche de soja, tofu crudo, leche y yogures, kéfir, alcohol y exceso de ensaladas crudas...
Alimentos altos en grasa saturada y con efecto enfriante. Leche, mantequilla, nata, cuajada, yogures, kéfir, quesos blandos y cremosos, helados y exceso de aceite crudo producen una "congelación" de las grasas al perjudicar también el calor digestivo.
El exceso de este tipo de alimentaos produce una gordura de tipo yin, en forma de manzana, con grasa acumulada en la parte superior del cuerpo. Esta obesidad es mas fácil de tratar ya que se relaciona con la retención de líquidos.
Los alimentos yang extremo producen un efecto de acaparar, tensar, crear exceso de calor en el interior. Sus consecuencias serán la de acumular demasiada tensión y calor en el interior pero no solo a nivel físico sino también emocional y mental. Estos alimentos son los que contienen grasas saturadas en exceso, embutidos, exceso de productos carnicos, quesos curados...
El consumo de este tipo de alimentos produce una gordura de tipo yang, pera con grasa acumuladas sobre las caderas y la parte inferior del cuerpo. Este tipo de obesidades as difícil de tratar que la anterior.
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